Ante esta nueva realidad traumática que se nos ha presentados a todos y todas, no me cabe la mayor duda de que estamos poniendo en práctica todos los recursos que disponemos como adultos para poder mantener la calma, la rutina, que no se apodere de nosotros la preocupación, intentando día a día tolerar el cansancio, el miedo por lo que vendrá, y aun mas esta responsabilidad se hace patente cuando tenemos menores frente a nosotros, niños y niñas que nos miran buscando seguridad y estabilidad. Todo un reto!!!, pero ellos y ellas nos necesitan, haciéndonos cargo de la manera más cariñosa, más amable y más respetuosa.
Este cuento nace de la necesidad de mantener siempre presente, la importancia que tenemos los adultos (madres, padres, educadores/as, tutores/as, terapeutas, profesores /as) ante el desarrollo emocional y la salud mental de los niños y niñas que acompañamos día a día.
La regulación padre madre – hijo /a en el marco de la relación de apego no es solo el restablecer la seguridad después de una experiencia perturbadora, sino también la amplificación interactiva de afectos positivos, como los que se desarrollan en el juego. (A. SCHORE, 2001)
Esta pandemia nos ha puesto a todos y a todas al limite, nos ha privado como adultos de nuestras fuentes de ocio, de la conexión real con nuestros apoyos, de nuestros hobbies, nuestros entornos laborales, nos ha enfrentado al dolor y la perdida, a la incertidumbre, al miedo. Y junto con todo esto nos ha puesto en primera fila frente a la educación de nuestros hijos, hijas, y menores tutelados o en tratamiento. Aun con todo esto podemos tomar varios caminos:
- Me digo a mi mismo/a que yo soy el adulto al cargo, que soy responsable de la crianza de mi hijo/a. Respiro, conecto con esta capacidad y con la necesidad de mi hijo/a, y desde ahí cuido, sostengo y acompaño su emoción. Si he actuado mal, reflexiono y reparo pidiendo perdón.
- Me dejo llevar por el pánico, la ansiedad, el agobio, el “no puedo más con esta situación”, lloro ante ellos, grito, los dejo solos, los castigo, los insulto… por que ya esta bien encima de todo lo que llevamos encima.
Recuerda que el cuidado que le proporcionemos HOY es el mayor antídoto ante el desarrollo de futuros trastornos psicológicos y /o físicos, podemos ser la luz o la sombra que los acompañe. Esperamos que este material os ayude a sintonizar con vuestros hijos/as creando esos espacios sanadores de seguridad interna.
Hagamos que cuando crezcan puedan decirse:
“CADA TROPIEZO, CADA PROBLEMA, CADA OBSTÁCULO, ME HACEN VER QUE LA VIDA ES HERMOSA Y VALE LA PENA VIVIRLA, Y MÁS CUANDO TENEMOS ESAS PERSONAS INDICADAS QUE NOS ANIMAN A SEGUIR ADELANTE Y A NO DEJARNOS VENCER”. GRACIAS POR ESTAR CONMIGO… (LA VIDA ES BELLA POR TI).
Puedes descargar el cuento en el siguiente enlace:
Nieves Morillas - Autora del cuento y Psicóloga Sanitaria en Centro Lumens.